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IDEAS DE INVERSIÓN | Artículo - 5 Min

Inversión en agua: un goteo constante de oportunidades

Las oportunidades no solo son consecuencia del cambio climático (inundaciones o sequías extremas), sino también de varias décadas de escasez de inversión en infraestructuras en saneamiento y aguas residuales. El agua es omnipresente: todas las actividades económicas la consumen y creemos que casi todas las empresas necesitan mejorar el modo en que gestionan dicho consumo.  

2022 ha sido uno de los años más caros de la historia por desastres relacionados con el agua. Las sequías en Europa costaron más de 20.000 millones de dólares, al igual que las sequías e inundaciones producidas en China[1]. Los desastres similares acaecidos en Sudáfrica, Brasil, Pakistán y Australia causaron daños valorados en otros 20.000 millones de dólares. 

Al margen de estos sucesos, los recursos hídricos del mundo se encuentran amenazados. Existe una brecha considerable entre la oferta y la demanda, así como preocupación por la calidad del agua y unas infraestructuras inadecuadas[2]. 

No es de extrañar que el Objetivo 6 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, «Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos», persiga mejorar la infraestructura, fomentar el consumo responsable y garantizar el acceso al agua y saneamiento limpios. 

¿Qué consecuencias tiene invertir en el sector del agua?

Cuatro categorías de proveedores de soluciones

Aunque nos enfrentamos a dos problemas diametralmente opuestos (sequías e inundaciones), ambos pueden abordarse mediante la inversión en cuatro áreas.

En primer lugar, para afrontar las aguas torrenciales, es necesario contar con infraestructuras (sistemas de bombeo y drenaje más eficaces) mejores que las actuales.

En segundo lugar, en condiciones de sequía, se precisan mejores soluciones para optimizar el uso de la escasa agua disponible, lo que incluye una infraestructura de tratamiento de aguas residuales a gran escala que permita la reutilización del agua (nuestra tercera categoría de inversión potencial). 

La última categoría la conforman las empresas de suministros públicos. Estas compañías deben ofrecer agua potable segura, gestionar las aguas residuales e invertir en infraestructuras que minimicen el despilfarro de agua (fugas) y maximicen el abastecimiento. 

Mejorar la divulgación y la gestión 

Las estrategias y objetivos de las empresas forman una parte importante de la solución.  Una de nuestras principales prioridades al dialogar con las empresas es animarlas a que divulguen con más detalle sus riesgos hídricos y fijen objetivos más estratégicos para abordar problemas relacionados con el agua.

El agua es, en muchos sentidos, un asunto más complejo que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). A diferencia de los informes sobre el clima, existen pocos marcos acordados a escala mundial para medir el impacto del agua. Al ser también un problema de ámbito local en la mayoría de casos, la divulgación de información sobre esta cuestión ha sido históricamente lenta.

La buena noticia es que muchas empresas están mejorando en esta área. Ceres, una organización sin ánimo de lucro que trabaja en el ámbito de la sostenibilidad, se ha dirigido a 72 empresas mediante su iniciativa financiera para la valoración del agua[3]. 

La entidad, centrada en empresas con una gran huella hídrica en diversos sectores, desde la alta tecnología hasta los artículos de lujo, tiene como objetivo ayudar a mejorar la divulgación de información y la gestión del agua.

Las propias empresas se están volviendo más proactivas en sus respuestas a normativas sobre aguas limpias y residuales, lo que está produciendo una mayor demanda de los proveedores de soluciones en los que invertimos.

Uno de los mayores retos es la escasez de inversión en infraestructuras que se ha producido en los últimos diez años, lo que produce efectos visibles en muchas partes del mundo. La principal consecuencia de esta falta de inversión es que impide atender la demanda cada vez mayor de agua limpia y sistemas de saneamiento a medida que la población crece y se enriquece.

Se precisan miles de millones de dólares

La American Society of Civil Engineers cuantificó este déficit de inversión en 2.000 millones de dólares en 2019[4], cifra que se multiplicará por siete, a menos que la situación se aborde en serio y sin dilación, llegando hasta 14.000 millones de dólares, o unos 3.300 dólares por hogar, hacia 2039[5]. Creemos que cubrir este déficit representa una oportunidad de inversión interesante y de gran magnitud. 

La legislación estadounidense más reciente en materia de inversión en infraestructuras, que se aplica a carreteras, puentes, vías ferroviarias y la red eléctrica, favorecerá el crecimiento económico a largo plazo y, a nuestro juicio, impulsará una mayor demanda de productos hídricos.

En Europa, la Directiva marco sobre el agua de la UE se centra en resultados más que, por ejemplo, en medir los contaminantes que entran en los sistemas hídricos. Esto puede ayudar a que las empresas (y los legisladores) den prioridad a cuestiones como la calidad del agua de baño, por ejemplo.

En resumen, el marco legislativo, que aborda tanto el cambio climático como la escasez de inversión en infraestructuras, podría tener efectos positivos directos en empresas consolidadas y de reciente creación que aporten soluciones hídricas a todos los sectores económicos.

En cualquier entorno económico 

En nuestra opinión, el entorno actual, caracterizado por subidas de tipos de interés, una recesión inminente de la economía (estadounidense) y tensiones en el suministro de energía, no minará el atractivo de la inversión relacionada con el agua.

Aunque las empresas que buscan financiación para soluciones relativas al agua no son inmunes a los ciclos económicos, existe un amplio conjunto de oportunidades, desde sectores más expuestos a la coyuntura hasta los más defensivos.

Entre estos últimos podrían ofrecer oportunidades el sector farmacéutico y el de bienes de consumo básico. Las infraestructuras hídricas tardan muchos años en mejorarse y los proyectos se extienden más allá de los ciclos de auge o caída de las economías, lo que se traduce en una demanda duradera de soluciones hídricas. 

La recesión en Estados Unidos, unido al menor crecimiento tendencial en China, podría tener como consecuencia una mayor deslocalización de la actividad manufacturera, lo que podría ser relevante para el sector del agua.

Si Estados Unidos deslocaliza, por ejemplo, más fábricas de semiconductores, se dispararían los pedidos de agua ultrapura y de plantas de tratamiento para permitir el reciclaje y la reutilización del agua, lo que podría brindar una nueva oportunidad de inversión. Según un estudio elaborado por la firma de consultoría Global Water Intelligence, de la posible inversión de 20.000 millones de dólares en dichas fábricas, se prevé que un 5-8% (es decir, entre 1.000 y 1.600 millones de USD) esté relacionada con el agua.

Una demanda constante 

Para hacer frente a los problemas relacionados con el agua, tanto la escasez como el exceso de agua, se necesitan soluciones inmediatas y aplicables a largo plazo.


 La demanda no va a desaparecer, con independencia de los ciclos económicos.

Creemos que existe una gama muy diversa de oportunidades de inversión en distintos mercados finales de consumo e industriales, así como en mercados desarrollados y emergentes, para sacar provecho de esa creciente necesidad.

Referencias

1 Véase Which climate disasters were the costliest in 2022? | Foro Económico Mundial (weforum.org)  

2 Véase Why water shortages must be placed on the climate-change agenda | Foro Económico Mundial (weforum.org)  

3 Véase Valuing Water Finance Initiative | Ceres  

4 Véase Chronic Underinvestment in America’s Water Infrastructure Puts the Economy at Risk | ASCE  

5 Misma fuente que la nota 4. 

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Algunos artículos pueden contener lenguaje técnico. Por esta razón, pueden no ser adecuados para lectores sin experiencia profesional en inversiones. Todos los pareceres expresados en el presente documento son los del autor en la fecha de su publicación, se basan en la información disponible y podrían sufrir cambios sin previo aviso. Los equipos individuales de gestión podrían tener opiniones diferentes y tomar otras decisiones de inversión para distintos clientes. El presente documento no constituye una recomendación de inversión. El valor de las inversiones y de las rentas que generan podría tanto bajar como subir, y es posible que el inversor no recupere su desembolso inicial. Las rentabilidades obtenidas en el pasado no son garantía de rentabilidades futuras. Es probable que la inversión en mercados emergentes o en sectores especializados o restringidos esté sujeta a una volatilidad superior a la media debido a un alto grado de concentración, a una mayor incertidumbre al haber menos información disponible, a una liquidez más baja o a una mayor sensibilidad a cambios en las condiciones sociales, políticas, económicas y de mercado. Algunos mercados emergentes ofrecen menos seguridad que la mayoría de los mercados desarrollados internacionales. Por este motivo, los servicios de ejecución de operaciones, liquidación y conservación en nombre de los fondos que invierten en emergentes podrían conllevar un mayor riesgo.
Riesgo de inversión en cuestiones medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG): La falta de definiciones y etiquetas comunes o estandarizadas que integren los criterios ESG y de sostenibilidad en el ámbito de la Unión Europea puede dar lugar a diferentes enfoques por parte de las gestoras a la hora de establecer objetivos en materia de ESG. Además, puede dificultar la tarea de comparar estrategias que integren dichos criterios ESG y de sostenibilidad, ya que la selección y las ponderaciones utilizadas para elegir las inversiones pueden estar basadas en indicadores con el mismo nombre, pero con significados subyacentes diferentes. A la hora de evaluar un título determinado sobre la base de los criterios ESG y de sostenibilidad, la Gestora de Inversiones puede también recurrir a fuentes de datos ofrecidas por proveedores externos de análisis ESG. Dada la naturaleza dinámica de las cuestiones ESG, es posible que estas fuentes de datos estén incompletas, sean imprecisas o no estén disponibles. La aplicación de normas de conducta empresarial responsables al proceso de inversión puede llevar a la exclusión de los títulos emitidos por determinados emisores. Por lo tanto, la rentabilidad (del Subfondo) puede ser en ocasiones mejor o peor que la rentabilidad de los fondos comparables que no aplican dichas normas.

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